Patogenia del Retinoblastoma



El retinoblastoma es el cáncer intraocular más frecuente durante la infancia.  La célula que da origen al retinoblastoma es de origen neuronal. En un 40 % de los casos este se da debido a un gen con una mutación de un alelo RB. Los que se encuentran asociados a mutaciones de las células germinales pueden ser bilaterales y a veces se encuentran relacionados a pineablastoma. (1)

El retinoblastoma puede llegar a extenderse al encéfalo, medula ósea y con menor frecuencia a los pulmones. Existe una variante de retinocitoma o retinoma que puede llegar a comportarse como una lesión premaligna. Si aparece un retinoblastoma en un ojo y un retinocitoma en el otro se debe a un retinoblastoma hereditario. (1)

La forma hereditaria se asocia con la inactivación del gen del retinoblastoma (RB1), que se localiza en el cromosoma 13q14 y codifica la proteína del retinoblastoma (pRb), una proteína supresora de tumores que controla la transición de fase del ciclo celular y tiene importancia en la apoptosis y la diferenciación celular. Se han encontrado muchos tipos de mutaciones, incluidas translocaciones, delecciones, inserciones, mutaciones puntuales y mutaciones epigenéticas, como la hipermetilación de la región promotora. La naturaleza de la mutación predisponente influye sobre la penetración y la expresividad del desarrollo del retinoblastoma. Generalmente, los casos hereditarios son multifocales y bilaterales, mientras que los casos no hereditarios son unilaterales y unifocales. (2)


Efecto de doble golpe (two hits):

Si el paciente hereda un alelo mutado (el gen Rb del cromosoma 13), sea por una mutación puntiforme o por una deleción del locus q14 del cromosoma 13, entonces el otro alelo se suele perder en la infancia y se desarrolla un retinoblastoma. (3)

En la forma hereditaria del retinoblastoma, la primera mutación del RB1 se hereda en las células de la línea germinal y después se produce una segunda mutación en las células somáticas de la retina. Las segundas mutaciones que producen el retinoblastoma con frecuencia producen la pérdida del alelo normal y la consiguiente pérdida de heterocigosidad. Muchos niños con retinoblastoma hereditario tienen mutaciones germinales nuevas y ambos padres son normales. Los portadores heterocigotos de las mutaciones oncogénicas de RB1 muestran una expresión fenotípica variable. En la forma no hereditaria del retinoblastoma, las dos mutaciones se producen en las células somáticas de la retina. (2)


Morfología del Retinoblastoma:

Tumor de células pequeñas, redondas y azules que forman rosetas. Se puede originar en cualquiera de las capas con núcleos de la retina, presenta grados variables de diferenciación y tiende a crecer más de lo que permite su aporte vascular, con la consiguiente necrosis y calcificación. Los tumores endofíticos se originan en la capa más interna de la retina, crecen hacia el cuerpo vítreo y pueden causar una siembra vítrea hacia otras áreas de la retina. Los tumores exofíticos crecen en la capa externa de la retina y pueden causar su desprendimiento. Estos tumores pueden diseminarse mediante extensión directa a la coroides, a lo largo del nervio óptico más allá de la lámina cribiforme, o bien, a distancia por vía hematógena o linfática. 

La morfología del retinoblastoma hereditario no tiene ninguna diferencia respecto a la del retinoblastoma esporádico. Los tumores pueden llegar a tener elementos diferenciados e indiferenciados. Los indiferenciados pueden verse como conjuntos de células redondeadas que tienen sus núcleos hipercrómaticos. En los tumores diferenciados se encuentran las rosetas de Flexner Windersteiner y fleurettes estos demuestran la diferenciación a fotorreceptores. Las células tumorales rodean a los vasos sanguíneos tumorales, existen zonas de necrosis ubicadas en zonas donde no se encuentran vasos. Existen zonas focales de calcificación que son típicas del retinoblastoma. (1,2)


Manifestaciones Clínicas:

Sólo un 10% de los retinoblastomas se detectan en una exploración oftalmológica rutinaria en familias con antecedentes. Este tumor suele debutar con leucocoria, un reflejo pupilar blanco que por lo general se observa cuando falta el reflejo rojo en la exploración rutinaria de un recién nacido o de un niño sano o en una fotografía realizada con flash. Con frecuencia, el primer motivo de consulta es el estrabismo. Cuando la enfermedad progresa, pueden aparecer inflamación orbitaria, hifema o irregularidades en la pupila. Estos pacientes no suelen referir dolor, salvo que presenten un glaucoma secundario.

El diagnóstico se puede establecer a partir de los datos oftalmológicos característicos. Está contraindicada la realización de biopsia. La exploración generalmente la debe realizar, bajo anestesia general, un oftalmólogo para poder valorar en profundidad ambos ojos y fotografiar y mapear los tumores. Esta evaluación se puede complicar cuando existe desprendimiento de retina o una hemorragia vítrea. La ecografía orbitaria, la TC o la RM también permiten valorar la extensión de la enfermedad intraocular y su posible diseminación extraocular. En ocasiones, se detecta un tumor en la glándula pineal, fenómeno que se denomina retinoblastoma trilateral. La RM es la mejor técnica para descartar la afectación del nervio óptico. La gammagrafía ósea, la valoración del líquido cefalorraquídeo y el estudio de la médula ósea sólo están indicados cuando lo aconsejen otros resultados de laboratorio, sean estos clínicos o radiológicos.

         El diagnóstico diferencial incluye el vítreo hiperplásico primario, la enfermedad de Cotas, las cataratas, la larva migratoria visceral, el coloboma coroideo y la retinopatía del prematuro. (2)



Macrofotografías:





FIGURA 1
Este es un caso de leucocoria, o «pupila blanca» (*), causada por la presencia de una masa: un retinoblastoma (3)







FIGURA 2
Este corte sagital de un ojo enucleado pone de manifiesto una gran masa blanca (*) que se introduce en el vítreo y ocupa la mayor parte del globo ocular. Este aspecto se conoce como «pupila blanca» (leucocoria) en el examen oftalmoscópico. Los casos esporádicos, no familiares, son responsables del 30 al 40% de los retinoblastomas, y estos pacientes no presentan riesgo de desarrollar retinoblastoma bilateral u otras neoplasias. (3)








FIGURA 3
Múltiples nódulos en el iris por invasión de retinoblastoma. (4)







Microfotografías:


Tejido retiniano visto a 10X con tinción de Wright:
En esta microfotografía se puede apreciar el acúmulo de células neoplásicas entre el epitelio pigmentario y la coroides.  (5)
   1)    Epitelio   pigmentario
   2)    Coroides
   3)    Esclera
   4)    Acúmulo de células nepoplasicas.








Tejido retiniano visto a 40X con tinción de Wright:
En esta microfotografía se aprecia el acúmulo de células neoplásicas que invade totalmente la esclera, que puede diseminarse a la órbita con capacidad de invadir vasos linfáticos. (5)
   1)    Esclera
   2)    Epitelio pigmentario
   3)    Acúmulo de células malignas




  

Retina vista a 40X con tinción de Wright:
Se pueden apreciar en esta microfotografía acúmulos de células neoplásicas en la cámara anterior y en la capa de los conos y los bastones, también se aprecia el ensanchamiento de la lámina vítrea. (5)
   1)    Acúmulo de células neoplásicas
   2)    Coroides 
   3)    Epitelio pigmentario









Parénquima de la capa plexiforme interna vista a 40x con hematoxilina-eosina:
En esta microfotografía se pueden apreciar las diferentes células neoplásicas distribuidas a lo largo de la capa. (6)
   1)    célula neoplásica









Tejido ocular visto a 10x con hematoxilina-eosina:
En esta microfotografía se aprecia el extenso daño que pueden causar las células alteradas en el tejido ocular. (7)
   1)    Nervio óptico
   2)    Epitelio retiniano
   3)    Tumor por células neoplásicas








BIBLIOGRAFÍA:
  1. Robbins y Cotran. El ojo. En: Patología estructural y funcional. España 2010 Pag 1365
  2. KLIEGMAN BEHRMAN JENSON STANTON. Retinoblastoma En: TRATADO DE PEDIATRÍA DE NELSON 18° ed. Vol. II  Elsevier, España, 2009. Pag. 2151-2152.
  3. Robbins y Cotran. Ojo. En: Atlas de Anatomía Patológica, Elsiever, España 2007 Pag. 501
  4. Jack J. Kanski. Tumores Intraoculares. En: Oftalmología Clínica 5° ed. Elsiever, España, 2004   Pag. 342-343.
  5. Retinoblastoma. Frecuencia y conducta.  [En línea] http://conganat.uninet.edu/6CVHAP/autores/trabajos/T212/
  6. Surgical Pathology Atlas [En línea] http://www.surgicalpathologyatlas.com/glfusion/mediagallery/media.php?f=1&sort=0&s=20090430131847488
  7. Retinoblastoma [En línea] http://www.pathpedia.com/education/eatlas/histopathology/eye_and_ocular_adnexa/retinoblastoma.aspx